jueves, 30 de mayo de 2013

Neutrinos



¿Cómo no iban a existir los neutrinos? Corríamos a través del tiempo, sin saber si la historia habría de desmentir nuestro camino y quitarnos el protagonismo que la incertidumbre racional, tan sobrevalorada en nuestro tiempo, nos dejó en los artículos científicos. Si es que somos pura inexistencia, y cómo vamos a demostrar nada nosotros que apenas somos el reflejo de un espectro. Elementos materiales en plena esfervescencia vibracional llegan y abandonan nuestro límite corporal con ceremoniosa presteza. ¿Dónde acaba el mar, dónde empieza mi beso? ¿Acaso puedo saber quién soy si tú no me miras? Debe ser por eso que esta mañana me levanté con un ánimo extraño, con la sensación de comprender algo a pesar de que mi mente estaba completamente vacía de pensamientos. ¿Intentaría alguien demostrar si existo verdaderamente? Te vi junto a mi cama como un ser extraño, hermoso pero extraño. Así era también mi rostro en el espejo. Cada mañana me había mirado concienzudamente en el espejo, me había fijado en las marcas del tiempo, me concentraba en mis ojos y me preguntaba ¿qué haces ahí? Pero hoy el espejo me miraba con una sonrisa burlona y me decía: No estás aquí, no estás en ninguna parte. Había perdido la costumbre de pararme a observar. Todos los planos confluyeron en uno solo, me di la vuelta y ahí estabas dormida, desnuda, con una sonrisa en tus labios. Y así me fui desvaneciendo poco a poco mientras leía las últimas noticias.

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